La rehabilitación de una vivienda es un proceso integral que busca mejorar tanto la funcionalidad como la estética del inmueble. Un aspecto crucial en este proceso es la correcta reparación de las fisuras en el hormigón, ya sean estéticas o estructurales. Ignorar estas fisuras o realizar reparaciones superficiales puede llevar a problemas graves a largo plazo, afectando la seguridad y el valor de la propiedad. 

Las fisuras en el hormigón pueden tener múltiples causas, desde asentamientos del terreno hasta variaciones de temperatura y humedad. Las fisuras estéticas, aunque aparentemente inofensivas, pueden ser indicativas de problemas subyacentes más serios. Por ejemplo, una pequeña fisura puede permitir la entrada de agua, lo que con el tiempo puede llevar a la corrosión de las armaduras de acero dentro del hormigón. Esta corrosión no solo compromete la integridad estructural del hormigón, sino que también puede provocar manchas y desprendimientos que deterioran la apariencia de la vivienda. Reparar estas fisuras de manera correcta y oportuna es esencial para evitar la degradación del material y asegurar la durabilidad de la estructura.